Posiciones básicas

Aunque no lo crean, no saber colocar los pies y los brazos pueden arruinar (estéticamente) una rutina de baile. Ante todo, las manos JAMÁS deben quedar "flojas" o "caídas". Siempre deben estar armadas. Si bien muchas veces se marca en una coreografía que en tal o cual secuencia los brazos y las manos "no hagan nada", deben mantener una forma pero menos estilizada y más naturales o sueltas, pero JAMÁS desarmadas.

En el mundo de la danza árabe se utilizan principalmente tres posiciones básicas de pies:
2da, 4ta y 6ta.

• Segunda: Ambos pies paralelos y separados.

• Cuarta: Uno de los pies se adelanta y se cruza por delante, de modo tal que el talón del mismo quede a la altura de los dedos del otro.

• Sexta: Ambos pies paralelos y juntos. En algunos lugares suele llamarse "segunda cerrada".

En cuanto a los brazos, mayoritariamente se utilizan dos posiciones: 1era y 2da.

• Primera: Manos a la cadera y los brazos forman una especie de óvalo.

• Segunda: Ambos brazos estirados de manera amplia, a la altura de los hombros.

Las manos son una cuestión aparte. Una bailarina puede tener bien colocados los pies y los brazos, pero si las manos están rígidas o los dedos se encuentran separados... tampoco es estético. ¡Ojo! En composiciones románticas o melancólicas es frecuente que en la interpretación las manos se abran y los dedos se separen, para  luego cerrase (formando un puño cerrado) y acercarlo al pecho o corazón. Pero sin dudas, los dedos deben mantenerse unidos.
Hay algunos tics muy comunes con los dedos: el primero es que el dedo meñique sobresalga del resto (hacia arriba); el otro es que sobresalgan los dedos índice y meñique (como si formaran una especie cuernos).

La mejor manera de incorporar las posiciones es practicando y mirándose al espejo, pues allí verá con sus propios ojos la diferencia entre una secuencia con o sin pies y brazos correctos. ¡A ensayar y a observarse!